Tengo ganas de ir a la playa, tirar la toalla, quitarme la ropa como si me estuviesen cronometrando y tuviese que hacer el mejor tiempo. Hacer lo que hago siempre, ir corriendo a la orilla y zambullirme en las olas mientras tú me observas flipando con que a alguien le haga tanta ilusión el primer baño de cada verano. También tengo ganas de los viajes a Calatayud en coche escuchando música y cantando como locos, gracias a ellos hay mil canciones que me recuerdan a ti. Echo de menos ir al Pollo Bravo a cenar y que tú te rías de mi porqué no se comer un bocadillo de calamares sin mancharme. Últimamente recuerdo tantas noches en el Desastre y el Devizio que los recuerdos se amontonan en mi cabeza y consiguen sacarme una sonrisa, hace ya demasiados meses que no tenemos una de esas "noches de desenfreno, mañanas de ibuprofeno" que tanto nos gustan. Me gustaría contarte cada día como me van las prácticas y que tú me cuentes tus cosas, me gustaría poder llamarte cada noche para darte las buenas noches, echo de menos hasta la temida rutina.
Tengo ganas de que sea verano para poder sentarme en la arena de la playa a conversar contigo mientras vemos la lluvia de estrellas de cada año. Porqué todo parece más sencillo cuando tú estás cerca, cuando cruzabas el río para abrazarme, sacarme una sonrisa y despejar mi mente de problemas ajenos a esos instantes, porqué me has ayudado a quererme más a mi misma y a aceptarme como soy, por esas miradas que lo dicen todo, por enseñarme a luchar por lo que quiero, por los días de playa, por los viajes en coche.... por todas esas pequeñas cosas que recordaré siempre.
¿Sabes qué? Tengo ganas de verte.







